¡Frida vive!
DEL DÍA EN QUE FRIDA ME OFRECIÓ UN PLATO DE MOLE
Iba caminando por Ocotlán de Morelos, un pueblo del Valle de Ocotlán a unos 30 minutos de la ciudad de Oaxaca, cuando Frida me ofreció un plato de mole amarillo. Era idéntica, el mismo peinado, las cejas y una flor en la cabeza. Así que me senté esperando que la comida fuera tan buena como la fama de la pintora mexicana más conocida en el mundo.
Beatriz es el nombre de la cocinera que atiende este pequeño local dentro del mercado de Ocotlán de Morelos, quien al notar su enorme parecido, abrió "La cocina de Frida",que además de atraer a la mayoría de los comensales, tiene un sabor delicioso que pude comprobar, con el mole amarillo, el estofado istmeño con arroz, el chocolate caliente y el postre de tejocotes en almíbar que me dio al final.
Uno nunca sabe cuándo va a encontrar algo diferente durante su viaje, y si vas al hermoso poblado de Ocotlán, que tiene una de las plazas más hermosas de Oaxaca, entra al área de comida de su mercado y deja que Frida en persona te revele un arte que no seguro no le conocías.
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