Me aventé un clavado a la caja de zapatos donde guardo las fotos análogas. Estaba buscando cualquier otra foto -que no apareció-, pero me encontré ésta y la escaneé.

El año es 1996 y estoy en el tejado del depa de mi hermano en Jersey City, el lado opuesto a Manhattan sobre el río Hudson. Desde su cama solían verse las torres con sólo abrir un poquito los pies. Ahí quedaban: hermosas, sobrias, setenterosas pero siempre modernas, bien enmarcaditas entre los juanetes.

Mis últimos 10 minutos en la gran manzana los usé para fumar un cigarro junto a la escultura metálica "La Esfera", que descansaba entre las dos torres. Recordé lo sucedido en 1993, cuando estalló una van en el sótano del complejo sin mayores consecuencias que un par de niveles de estacionamiento rotos y algo de humo.

También recordé que el día en que detuvieron al supuesto cerebro detrás de la explosión, yo me encontraba en NY. La ciudad paralizada: más de 3 horas en coche para ir de Battery Park al puente Washington (unos 20-25 mins. en condiciones normales).

Dí la última calada al cigarro, lo apagué decentemente en uno de los múltiples ceniceros dispuestos en la plaza y me acerqué al pie de una de las torres (la norte, según recuerdo). Tomé entre mis manos una de las columnas de metal que se abrían en tres secciones al terminar la generosa altura del hall y que luego subían otros 100+ niveles.

Golpeé con la palma de la mano uno de los costados de la columna y ví cómo la vibración subió más lejos de lo que mi vista alcanzaba... "Nooo'mbre", me dije, "pa'que las tiren 'ta cañón".

Inmediatamente después abordé el PATH por la ahora reubicada "Estación WTC" y me encaminé al aeropuerto.