Esta vez no te desveles, madruga para descubrir que tu visita a Estados Unidos puede ir más allá del mall. Una aventura sin cargos bancarios no planeados.

5 de la mañana, ¿habrá valido la pena levantarse tan temprano? Es lo que pienso al ver las calles vacías de Albuquerque, la ciudad más grande de Nuevo México, con su paisaje de freeways y centros comerciales.

Llegamos a un descampado, no hay nadie y parece poco probable que algo pueda suceder, medio dormidos, nos limitamos a tomar café y a ver al personal de Rainbow Ryders, la compañía encargada de volar en globo los 365 días del año, que despliega 4 inmensos globos de colores y comienza a inflarlos con helio.

Aprendiendo a volar

Las canastas se llenan con los pasajeros y su respectivo conductor, y se elevan rápidamente para nuestra sorpresa. Al inicio todos nos tratamos de sujetar a los que sea, aunque yo más bien temo que se abra el piso de mimbre y que mi caída enturbie las aguas del Río Bravo, que rodea Albuquerque y que en este momento me queda abajo.

Tras la impresión inicial, el vuelo se vuelve una delicia, los rascacielos de Albuquerque como fondo y el desierto a las espaldas, nada mal para las 6:30 de la mañana, y definitivamente mucho mejor que estar en medio del tráfico matutino del freeway que sobrevolamos.

Aquí arriba no hay semáforos, nada nos frena y el viento nos lleva con ligereza de un lado a otro, sin ninguna ventana que se interponga entre la mirada y el paisaje, que se enriquece con la visión de los otros globos que nos acompañan en el vuelo.

Todo lo que sube...

El tiempo se acaba y la tierra firme se ve cada vez más cercana, sobrevolamos barrios residenciales y nos sentimos mirones, abajo alguien lava su carro o toma el sol en el patio. Repentinamente el viento agita el globo, el piloto nos dice “it´s gonna be hard" y no aterrizamos donde debíamos, sino unos 100 metros adelante, la cesta se voltea y todos quedamos encimados, pero vivos y enteros.

Llenos de adrenalina, muchos pedimos que se repita la experiencia, ahora sí estamos más que despiertos y listos para brindar con la champaña que nos ofrece el staff de Rainbow Ryders. ¡Qué importa que apenas sean las 9! Hay que hacer tiempo para llegar al Cottonwood Mall, el centro comercial más grande del estado, que abre justo a las 10.

Mira nuestro video en HD "Volando sobre Albuquerque"

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