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Brujas, ciudad bicicletera

14 Agosto 2010 Texto // Adriana Garibay, David Paniagua, Francisco Ferrer Fotos // Francisco Ferrer

El fuerte nombre de esta ciudad no tienen nada que ver con la hechicería, proviene de la palabra “puentes”, Brugges en flamenco, una de las dos lenguas oficiales el pequeño país europeo, junto con el francés que se habla preferentemente al sur.

Sin embargo Brujas tiene la magia del encantamiento, y sus visitantes caen rendidos ante su imponente Casco Histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, un barrio que destaca por sus calles angostas y empedradas, con múltiples construcciones históricas que parten desde la impresionante Plaza Mayor.

Y por supuesto, la ciudad es atravesada por cientos de bicicletas, el transporte de todo mundo, con ciclistas de todas las edades que se transportan de manera eficiente por las calles peatonales o los espacios dedicados a la bicileta en la ciudad belga. Mucha gente llega a Brujas a hospedarse en hostales, y la mayoría cuenta con renta o préstamo de bicicletas, como el Bauhaus, uno de los hostales más conocidos del lugar. , Incluso puedes intentar llegar a la vecina ciudad de Sluis, en Holanda, a sólo 15 kilómetros.

Fotos: Adriana Garibay y David Paniagua de Photoholics

POR TIERRAS MEDIEVALES

Una vez en Brujas, el viajero descubrirá un agradable entorno de calles pequeñas, con canales y plazas perfectamente mantenidas y llenas de jardines, en lo que se antoja similar a un perfecto paisaje de postal. Esta ciudad surgió en el año 1050, cuando sus salidas al mar le permitían realizar gran parte del comercio de la zona, posteriormente la ciudad creció y recibió majestuosas construcciones del patronazgo de los Condes de Flandes, una de las familias más poderosas de sus tiempos.

De esa época datan las murallas que protegen la ciudad y desde entonces, no ha dejado de embellecerse con palacios como El Campanario, conocido como Belfort, con una altura de 83 metros y un carillón que alberga 47 campanas, vale la pena subir los 366 escalones con los que cuenta la torre, para poder ver una hermosa vista panorámica de la ciudad.

 

Este es el mejor lugar para detenerse y disfrutar de una cerveza belga, famosas en el mundo por su calidad y rivales eternas de las cervezas alemanas, austriacas y checas, todo ello en una taberna medieval auténtica y disfrutando de un trozo de queso proveniente de la vecina Francia o de embutidos y salchichas que maridan perfecto con la prodigiosa malta de Flandes, el nombre por el que históricamente se ha conocido a Bélgica.

CIUDAD PARA CAMINAR

La Plaza Burg es el siguiente punto a conocer, donde destaca una fortaleza muy bien conservada, con una iglesia y rodeada de edificios históricos como el Ayuntamiento de Brujas, una imponente construcción en estilo gótico, que data de 1376 y con una arquitectura y estilo que son imposibles de ver en nuestro continente.

Más adelante, las 4 puertas de Brujas son un buen pretexto para detenerse y admirarlas, escuchando alguna de las numerosas historias sobre sus orígenes, que se remontan a la Edad Media, para conocer las batallas, sucesos históricos y secretos escondidos detrás de estas puertas.

Las Casas de Caridad (Godshuizen en flamenco) se encuentran por todas partes en el centro antiguo y son el paisaje urbano más importante. Se caracterizan por ser construcciones pequeñas y agrupadas alrededor de un patio, con una típica fachada con ventanas góticas y fachadas deslumbrantes. Estas casas fueron construidas por gremios y burgueses ricos durante el siglo XIV.

Al pararse frente a las estatuas de Jan Breydel y Pieter De Koninck, escuchará de algún guía la historia de la famosa "Batalla de las espuelas de oro", sucedida en 1302, en la que el duque de Flandes y el pueblo de Brujas se enfrentaron contra los ejércitos franceses, que intentaron sin éxito dominar la región. La parte sur de la plaza está ocupada por los antiguos mercados del siglo XIII, perfectos para hacer compras y adquirir recuerdos artesanales.

 

 

Fotos: Adriana Garibay, David Paniagua de Photoholics

BELLEZA FLAMENCA

El edificio más representativo de esta ciudad flamenca es la Iglesia de Notre Damme, edificio del siglo XIII y de estilo gótico. En su interior podemos apreciar la obra de uno de los más famosos artistas de la historia, La Virgen con el niño de Miguel Ángel. Para los amantes de la pintura, Brujas cuenta con obras de Jan Van Eyck, El Bosco, Van der Weyden y Memling, repartidas en los museos Groeningue y el Memling.

 

 

Brujas es  el centro mundial del encaje, por lo que se recomienda visitar el Barrio de Santa Ana, donde veremos a mujeres ataviadas con trajes flamencos mientras se dedican a este oficio artesanal. En dicha zona se encuentra ubicada una reproducción fiel del Santo Sepulcro de Jerusalén.

Mención aparte merecen los canales, que pueden ser recorridos en pequeñas embarcaciones y que cuentan con restaurantes en sus orillas, brindando a la ciudad un colorido muy particular, especialmente en verano, cuando los habitantes de Brujas se esmeran por llenas sus balcones con flores y plantas, llenando de vida a una ciudad casi milenaria, en ocasiones con rincones tan hermoso, que podría se justo llamar a Venecia la “Brujas del sur”.

RECUADROS

Cómo llegar

Vuela por British Airways a Londres y utiliza el Tren de Alta Velocidad para llegar a Brujas, el trayecto dura 2 horas y 40 minutos, con un cambio en Bruselas y 10 frecuencias diarias.

Trenes entre Londres y Bélgica: www.b-rail.be

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