Moser, cristal bohemio
Muchas historias podrían ser contadas a través del cristal de Moser, conocido como el vidrio de los reyes, un reflejo de los vaivenes de la historia de Repúbica Checa.
El cristal de la historia
Entramos con un grupo de visitantes a la fábrica de Moser, ubicada en las afueras de la turística ciudad balneario de Karlovy Vary, en República Checa, a unas 2 horas de Praga. Comenzamos viendo las piezas de cristal más significativas de esta casa fundada en 1857, vasos y objetos de cristal checo creados para todas las casas reales de Europa y personalidades como el músico Louis Armstrong, el político Mijaíl Gorbachov o las divas italianas Sofía Loren y Gina Lllobrigida, brindando en sendas copas de Moser.
De inmediato entendemos que esta casa tiene una gran tradición en los eventos importantes de la realeza, como la boda del Príncipe Carlos y Diana, o la del Príncipe Felipe y Leticia Ortiz, pero Moser no sólo se trata de hermosas piezas de cristal, es un reflejo de la historia checa de los últimos 2 siglos, y la exhibición recorre el Imperio Austro Húngaro, la Primera Guerra Mundial, la depresion de 1930 y la ocupación nazi, que hizo huir a la familia Moser por su origen judío y que volvió a la apacible ciudad de Karlovy Vary en la sede del temible asesino nazi Karl Hermann Frank.
Moser sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y al periodo comunista de la entonces Checoslovaquia, cuando fue una fábrica estatal que siguió produciendo cristal para la nomenclatura soviética. La marca sigue viva y es parte de la identidad checa de la zona norte, muy cercana a Alemania, en donde la ciudad de Karlovy Vary recibe el nombre de Carlsbad.
De todo lo anterior nos enteramos viendo los escudos grabados en el finísimo cristal de Moser, que conmemoran a los gobernantes en turno que han pasado por esta parte de Europa, y más allá, porque hay copas dedicadas a jeques árabes, gobernantes latinoamericanos, papas y los más importantes lideres del siglo XX a la fecha, de la Reina de Inglaterra a Barack Obama.
Fabricando celebridad
Entramos a la zona en la que fabrican el cristal Moser, donde los artesanos fabrican a mano los objetos, fundiendo, horneando, dando forma, bruñiendo y creando piezas de cristal de colores. La técnica es la misma que creó Leo Moser, fundador de la marca, que produce cristales duros como roca, pero de brillante perfección.
Es un espectáculo ver a los artesanos moldeando el vidrio y metiendo piezas al horno sin inmutarse ante los turistas y sin perder su cigarro, se nota que han hecho esto toda su vida y gritan en checo mientras los turistas les toman fotos sin que ellos pierdan la concentración.
Nos explican que la coloración de los cristales se realizó usando fórmulas especiales, creadas por el mismo Leo Moser, como el uso de praseodimio en la coloración de cristales, para crear un espectacular color verde amarillo o el heliolite, que da una mancha amarilla naranja característica de la marca.
Actualmente el proceso está libre de plomo y las joyas y cristales engarzados en oro, están irradiadas de una sustancia especial para evitar alergias. Ver cómo surge una copa hace que se me antoje echarle dos hielos y whisky, o mejor aún, un buen trago de Becherovka, un delicioso y relajante licor de Karlovy Vary creado con 32 hierbas y raíces.
A la salida de la fábrica de Moser compro mi Becherovka, no la tomo en el “vidrio de reyes”, más bien la llevo envuelta en papel, copiando a los numerosos turistas rusos que pasean por Karlovy Vary botella en mano. Veo la tienda de Moser en la calle principal y mi reflejo en las copas del aparador Le digo Na zdravi!
GUÍA GIRAFFE
Sitio de Moser: www.moser-glass.com
Guías en español: www.visitasdepraga.com
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