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Mar21

En busca del templo perdido

21 Marzo 2010 Texto // Enrique Escalona Fotos // Enrique Escalona

Me pregunté qué estaba haciendo cuando encendí la motoneta. Era parte de una expedición que me llevaría por los mejores paisajes de la Sierra Gorda de Querétaro, el pretexto era llegar bien abajo, donde se levanta la misión abandonada de Bucareli, pero antes, tenía que aprender a domar una poderosa 4x4.

Emilio, nuestro instructor, se encargó de explicarnos paso a paso cómo conducir nuestra motoneta y controlarla para no caer en un desfiladero de 400 metros, lo que en realidad no fue difícil y tras unas cuantas vueltas en la pista de prueba, salimos desde el pueblo de San Joaquín en dirección de la Sierra Gorda, aprovechando el camino de terracería que bordea las caprichosas pendientes de la serranía queretana.

 

SIN VENTANAS DE POR MEDIO

De inmediato comenzamos a disfrutar de paisajes increíbles, montañas que pierden en planos infinitos; árboles en tonos amarillos, ocres y cafés; bosques de pinos que desaparecen en una curva y dan paso a un paisaje desértico, por mencionar algunos de los numerosos microclimas de la Sierra Gorda, que además es Reserva de la Biósfera, una importante área natural protegida.

Nuestras motonetas son propiedad del Campamento Ecoturístico Jabalí, que posee cabañas en medio del cañón del río Extorax, ellos se encargan de llevarte en motoneta hasta las profundidades de la Sierra Gorda, siguiendo una ruta panorámica y un recorrido que puede ir de 2 a 5 horas, según tu habilidad con la motoneta o las veces que quieras pararte a admirar el paisaje.

Precisamente nos detenemos para que Emilio nos dé unas tortas de jamón y salchicha que lleva en una hielera, junto con unas cervezas que nos saben deliciosas bajo el sol de la tarde. Tras el refrigerio, volvemos a encender las motonetas y seguimos avanzando por las laderas de la Sierra, hasta que llega el atardecer y la primera visión de Bucareli, que vemos brillando bajo los últimos rayos del sol.

CAMINO A BUCARELI

Parece que Bucareli está cerca pero aquí cada kilómetro se paga con muchas curvas, así que seguimos mientras va anocheciendo. Pasan casi 2 horas hasta que llegamos a la misión abandonada, nada la ilumina más que las estrellas y el viento a través de las columnas de piedra produce un canto fantasmal, que por un momento nos hace pensar que alguien nos está tomando el pelo. En verdad se escuchan voces, a veces se distingue el estribillo de una canción, pero no, es sólo el viento que juega una broma a los visitantes nocturnos, que disfrutan de Bucareli bajo la luz de las estrellas.

Conducimos por otros 30 minutos, adivinando que tras la oscuridad se ocultan desfiladeros, así que vamos con cuidado. Llegamos a un río y lo atravesamos "Metan primera", nos dice Emilio mientras nos guía. En el campamento el Jabalí nos espera una cena caliente: cecina, guacamole, frijoles, tortillas, todo está listo para cerrar esta jornada, y nos vamos a descansar a las cómodas cabañas estilo safari.

 

AMANECER EN EL JABALÍ

Despertamos a las 6, nos urge llegar a ver la cercana misión de Bucareli con los primeros rayos del sol. Encendemos las motonetas y salimos cuando todavía no amanece, pero ya distinguimos que el campamento se encuentra en un sitio increíble, justo frente a una gran pared de roca, un río y una explanada de arena.

Llegamos a la misión de Bucareli y la conocemos con luz de día. Se trata de una construcción de finales del siglo XVIII, que nunca fue terminada y que fue usada por franciscanos hasta 1914, cuando fue finalmente abandonada en plena Revolución Mexicana. La misión de la Purísima Concepción de Bucarelí quedó inconclusa, a mitad de un paraje desértico, como una muestra de la fe de los antiguos pobladores, que edificaron estas altas paredes y los patios interiores del ex convento, que ahora quedan como vestigios de otros tiempos, en una atmósfera de soledad y misticismo.

Regresamos al Campamento el Jabalí y un desayuno de frutas, jugo, café y chilaquiles nos devuelve el alma al cuerpo. Y ahora sí, disfrutamos de su paisaje y de las instalaciones, que gracias a celdas solares y plantas tratadoras de residuos, permiten que nuestra estancia sea verdaderamente ecológica. Porque hay que decirlo, además del encanto del lugar y de lo bien atendido que está el campamento, es una muestra exitosa de turismo alternativo, que da trabajo a la comunidad que lo mantiene.

Mañana tendremos que regresar cuesta arriba con las motonetas, hasta San Joaquín. Pero mientras tanto, es momento de relajarse en este paraíso y de dar gracias que en este rincón del mundo, no hay señal de celular ni conexión a internet.

 

Campamento el Jabalí

El costo de una noche en este campamento, con el recorrido en moto y todos los alimentos incluidos es de 1,500 pesos. Contáctalos y arma tu viaje:

Celular del campamento: (045) 441 107 2239.

Fijo: (441) 293 5319.

Correo:

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Como Llegar:
Desde El Distrito Federal: Tomar la carretera federal 57 México-Querétaro, pasando la caseta de palmillas tomar la desviación hacia San Juan del Río, (Sierra Gorda) incorporándose a la carretera federal 120 (pasando por los pueblos de Tequisquiapan, Ezequiel Montes, Cadereyta y Vizarron), hasta llegar por la misma a la desviación a San Joaquín.

Desde Querétaro: Tomar la carretera federal 57 hasta la desviación a la Sierra Gorda, incorporándose a la carretera estatal 100; tomar la carretera estatal 130 en la desviación a Ezequiel Montes, incorporándose a la carretera federal 120 (pasando por los poblados de Cadereyta y vizarron) hasta llegar a la desviación a San Joaquín.

 

Acerca del autor

Enrique Escalona

Enrique Escalona

Lo único que ha podido planear en su vida es su próximo viaje... y pues de algo había que trabajar ;)

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