Main Street surge al atravesar los túneles que alguna vez cruzó el presidente Kennedy en su último día de vida y entonces surge el corazón de Dallas, una franja de rascacielos y hermosas construcciones en ladrillo que se ordenan alrededor de su calle principal, "es como siempre imaginé una ciudad de Estados Unidos", me dice Laetitia, que es la primera en bajar cuando llegamos al Joule, un rascacielos de 129 habitaciones, con una elegante marquesina y una alberca que sobresale de su último piso, mostrando que aquí cualquier cosa es posible.